Por: Felipe Guzmán, Gerente general Vegus Orgánico
Según datos de la Organización Internacional del Trabajo (01T), el acceso a una alimentación saludable y balanceada durante la jornada laboral puede incrementar hasta en 20% la productividad de un colaborador. Es por ello, que es clave planificar desde las colaciones de cada miembro de la familia hasta el almuerzo que cada uno va a consumir durante la jornada, con el fin de evitar el consumo excesivo de grasas y azúcares, y lograr mayor rendimiento y mantener el nivel de energía y concentración.
Para comenzar una buena jornada, el desayuno es vital. Luego el ritmo de alimentación puede incluir fruta, barras de zanahoria y de apio, tomates cherry, trozos de zapallo italiano, o sándwich de rúcula, tomate y quesillo, frutos secos o jugos de frutas, todas excelentes alternativas mientras llega la hora de almuerzo. Las colaciones sanas y mejor aún orgánicas, -libres de químicos- son ideales para alimentarse cada dos o tres horas, variando la cantidad y frecuencia según del ritmo laboral que tenga cada profesional.
Más allá de la obesidad, una dieta saludable mejora la salud y ayuda a la prevención de enfermedades graves como las patologías cardiovasculares. Además comer bien ayuda a combatir el estrés y nos protege de trastornos menores como los resfriados o la gripe.
Por ello, es posible y rentable intervenir a nivel laboral en desayunos, en menús del restaurante, en el contenido de las máquinas expendedoras, en las pausas y descansos, y en información y educación alimentaria de trabajadores.
Los empleadores muchas veces desconocen que la entrega de beneficios de alimentación permite disminuir incluso la carga tributaria, así lo dice el artículo 17 N°14 de la Ley de Impuestos a la Renta. Sólo queda informarse y dedicar un poco de tiempo a planificar y buscar una alimentación saludable, que a la larga es una inversión en nuestra salud.
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