31 octubre 2017

VIÑA CUCHA CUCHA


Un valle mágico, con historia y tradición, en el cual nació el vino chileno. Eso es Itata, la D.O. que está dando que hablar por sus vinos distintos, rústicos y con personalidad.

De esta zona provienen los vinos País, Cinsault y Mixtura (todos cosecha 2016)  de Viña Cucha Cucha, creados por la enóloga Ana María Cumsille, quien tiene más de 20 años de experiencia, y que se sumó a este proyecto el 2014. “La primera vez que vi este valle no lo podía creer. Los colores, la forma de sus plantaciones y cómo la parra vive y se agarra a lugares tan salvajes en forma natural me sedujeron y me han motivado a estar constantemente investigando y recorriendo Itata. Acá se respira y se vive el vino”, señala.  

Lo que busca Viña Cucha Cucha es potenciar el tesoro vitivinícola de esta zona. Por ello, sus principales plantaciones son País, Cinsault y Moscatel, cepas que han siendo revaloradas por su historia, tradición y  s gracias a sus vinos jugosos, simples y cotidianos. En total, poseen 120 hectáreas en 6 parcelas distintas, en la comuna de Portezuelo, en la Provincia de Ñuble.

PAÍS 2016 de Cucha Cucha - 100% de la variedad - busca mostrar la tipicidad de la cepa. Posee un delicado color guinda. En nariz es expresivo, donde destacan sus aromas a frutos rojos, especies y algunas notas florales. En boca es fresco, jugoso y liviano, marcado por taninos rústicos. “Es un vino de gran personalidad, con carácter e identidad de lugar”, añade Cumsille.

Cabe destacar que esta cepa llegó a Chile junto con las misiones españolas en el siglo XVI y es la variedad más antigua del país. A finales del siglo XIX comenzó a perder protagonismo con el arribo de las variedades francesas, como Cabernet Sauvignon y Merlot. La cepa se adaptó naturalmente en el sur de Chile. Se planta en cabeza, sin alambres, lo que permite que crezca libremente. 

CINSAULT 2016 de Cucha Cucha - 100% de la variedad - es de color rojo violeta pálido. En nariz aparecen los aromas a frutas rojas que recuerdan a la frambuesa y a la guinda. En boca presenta un cuerpo medio, taninos suaves, buena acidez y gran equilibrio. En el final de boca aparecen nuevamente los aromas a frutos rojos. 

Esta cepa, originaria del sur de Francia, se concentra en nuestro país en Itata, a solo 20 km de la costa (secano costero). Se cree que las primeras importaciones fueron hechas luego del terremoto de Chillán (en 1939) para ayudar a la viticultura de la zona. Se le conoce como "cargadora", ya que su mayor atributo es dar muchos kilos por parra.

MIXTURA 2016 está compuesto de un 37% de Cinsault , 37% Cabernet Sauvignon, 18% Merlot y 8% Malbec.  De color rojo cereza, intenso y brillante, en nariz es expresivo y complejo. Aromas a cassis, arándanos y cerezas se mezclan con notas de especias. En boca predomina la fruta, siendo un vino de gran balance, suaves taninos y buena concentración.

Los vinos de Cucha Cucha están a la venta en las tiendas LA CAV y también disponibles en el restaurante La CAV del Mirador del Alto. Los valores son los siguientes: PAÍS y CINSAULT a $7.990, mientras que MIXTURA a $9.990.

SOBRE VIÑA CUCHA CUCHA
Fundada en 1649, es la viña más antigua de Chile. En sus tierras se ha vivido parte importante de la historia de nuestro país. Comenzó como una hacienda jesuita, plantada con trigo y vid en el siglo XVII. Tras un remate en 1775, fue adquirida la familia penquista Urrejola, realistas en la Independencia. Fue escenario de grandes batallas, como el combate de Cucha Cucha, el 1814, durante el período de la Patria Vieja.

Expropiada en esa época, fue devuelta, tras un largo juicio, a la familia Urrejola, en cuyas manos se divide, pero se mantiene en su poder hasta 1982, ocasión en que los , los Urrejola la venden a la familia Giner y en 2007 es adquirida por la empresa Arauco. 

Hoy, Viña Cucha Cucha, liderada por Patricio Middleton, su gerente, pone nuevamente al vino como protagonista de esta zona. “Hasta el 1920, el 50% de la producción de vino en Chile se hacía en Itata. Queremos que este valle vuelva a ser protagonista”, señala. 

Para ello, se está realizando además un trabajo asociativo con los viñateros del Valle. A través de seminarios técnicos, asesoría directa por parte de profesionales y apoyo a la gestión comercial, el equipo de la viña trabaja con diversas agrupaciones, como Guarilihue, Quinchamalí, Ránquil, Portezuelo, Rahuil Alto y Cavas de Portezuelo, lo que significa un apoyo directo a más de 180 productores locales.

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