Como es habitual, el Círculo de Cronistas Gastronómicos de Chile analizó la calidad de más de medio centenar de empanadas chilenas compradas en locales de diferentes comunas de la capital.
Nuevamente, en vísperas de Fiestas Patrias, el Círculo de Cronistas Gastronómicos de Chile realizó una evaluación de las empanadas chilenas -de pino y horneadas- que se ofrecen en distintos sectores de la capital. La degustación a ciegas, es decir, sin tener a la vista los nombres sus fabricantes o proveedores, se efectuó en Espacio Gastronómico del chef Guillermo Rodríguez en las mejores condiciones de servicio. Comprendió más de medio centenar de empanadas compradas en comercio establecido, como panaderías, amasanderías y supermercados de comunas de la Región Metropolitana.
“Como agrupación queremos poner en valor el trabajo gastronómico tradicional que es la fabricación de la empanada chilena manteniendo los estándares que la han convertido en un referente obligado de nuestra cocina, aportando cada uno de los estándares de calidad que deben respetarse en este producto”, enfatizó Patricio Rojas, flamante nuevo presidente del Círculo de Cronistas Gastronómicos de Chile.
Acompañaron en esta oportunidad la degustación los vinos La Causa País de Viña Miguel Torres Chile, pisco Waqar, aceite de oliva Petralia de Cánepa y la nueva chicha Moscatel de Terramater.
Las mejores
1.-Rosalía, Pastor Fernández 15.521, Lo Barnechea; (Tel: +56 2 22321593)
2.-La Nonna, Palmas de Mallorca 156, La Reina (+56 2 22270144)
3.-Empanada Mía, Av. Perú 1474, Recoleta (+56 2 28337747)
4.-La Tinita, Antonio Bellet 58, Local 1, Providencia. (+56 222364199)
5.-Ambassador, Tobalaba 975, Las Condes. (+56 2 22318145)
Éstos son los criterios de cata
Masa:
Delgada, suave, consistente, ligeramente quebradiza (pero no seca ni que se desarme a la primera mordida), con suficiente manteca (ojalá animal), pliegues proporcionados (no toscos ni excesivamente gruesos); bien horneada (doradita, no quemada), sin sectores crudos.
Pino:
Guisado jugoso, generoso, equilibrado, hecho con carne de vacuno de buena calidad, de preferencia picada, sin nervios o trozos de grasa (aunque es preferible una buena carne molida, que una carne picada de mala calidad); con cebolla de guarda picada en cubos (no fresca ni de verdeo); aliñado con comino, pimienta y ají de color (puede llevar también un poco ají, o incluso merquén, pero lo justo y necesario para que el guisado no se convierta en algo picante); con una aceituna negra entera por empanada (puede ser sin cuesco, pero ojalá no laminada), un trozo de huevo duro y, opcionalmente, pasas de uva; sin aglutinantes, como la maicena, ni agregados de perejil, apio, orégano y otros vegetales o hierbas.
La empanada como conjunto:
Debe tener un aroma deleitoso e invasor donde confluyan, en forma equilibrada, los olores de carne, cebolla, ají, comino y masa horneada. Y un sabor irresistible, gracias a la calidad, armonía y perfecta cocción de sus ingredientes.
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