Una grata y sabrosa sorpresa en el corazón del Valle de Colchagua.
Con mis habituales visitas de fines de semana que hago a la zona de Colchagua, en especial a Nancagua y Lolol, ya tengo varias novedades culinarias que contarles y, hoy, comienzo este “ciclo de datos colchaguinos” con el restaurante Aromas de Colchagua, ubicado a la afueras de Santa Cruz.
Se trata de un lugar amplio, tranquilo, prácticamente nuevo, con una muy bonita vista, gran jardín verde con juegos para niños y una decoración sencilla y con pequeños toques campestres y algunas antigüedades. Sus mesas, muy bien montadas todas, invitan a buscar un rincón con sol y tomar asiento para comenzar esta experiencia
Su carta es reducida pero suficiente. Se ven un par de alternativas en pescados, pastas, algo más en carnes, tentadores acompañamientos, ricas y diferentes entradas y varios postres.
Comenzamos con un rico y muy bien logrado Pisco Sour, que a modo de comentario, los mozos preguntan, ¿Cómo lo quiere?. Buen comienzo mientras picoteamos unos ricos pancitos amasados bien temperados y unas mini sopaipillas con pebre casero.
Mi acompañante Hans, colchaguino de nacimiento, me recomendó comenzar con la Crema de Palta y Menta. Uf, que recomendación!, sin duda la mejor crema que he probado, tanto por su consistencia y por la gracia de la mezcla de la palta y los toques de menta. Gran creación.
Además, para compartir unas comunes Brochetas de Vacuno con trocitos de pimiento rojo y amarillo que acompañamos con un Merlot Reserva de la viña Montes 2006.
Como fondos, un Salmón grille acompañado de Rougout de Mote bien sabroso y un Medallón de Filete de vacuno con Risotto de Quinoa, carne bien blanda, sabrosa y buenas porciones.
Para finalizar, un rico Mousse de chocolate con salsa de menta y frambuesa, además de tortas varias que abunda en su carta
El servicio es bueno aunque algo lento pero nada exagerado, son sólo los tiempos propios de platos que se preparan a la minuta. La atención es muy buena, amigable y cordial. Su dueño y joven chef, Felipe Fuenzalida, conoce los gustos de los colchaguinos y extranjeros que lo visitan. Cocina y lo hace muy bien.
En resumen, un muy buen lugar donde comer con los amigos y la familia. Buenos precios, buena calidad, ambiente grato y un entorno único.
Ideal para arrancarse un fin de semana y aprovechar de conocer este y otros rincones de Colchagua que iré recomendando de a poco.
AROMAS DE COLCHAGUA
Camino Isla de Yaquil, Santa Cruz
Valle de Colchagua
Se trata de un lugar amplio, tranquilo, prácticamente nuevo, con una muy bonita vista, gran jardín verde con juegos para niños y una decoración sencilla y con pequeños toques campestres y algunas antigüedades. Sus mesas, muy bien montadas todas, invitan a buscar un rincón con sol y tomar asiento para comenzar esta experiencia
Su carta es reducida pero suficiente. Se ven un par de alternativas en pescados, pastas, algo más en carnes, tentadores acompañamientos, ricas y diferentes entradas y varios postres.
Comenzamos con un rico y muy bien logrado Pisco Sour, que a modo de comentario, los mozos preguntan, ¿Cómo lo quiere?. Buen comienzo mientras picoteamos unos ricos pancitos amasados bien temperados y unas mini sopaipillas con pebre casero.
Mi acompañante Hans, colchaguino de nacimiento, me recomendó comenzar con la Crema de Palta y Menta. Uf, que recomendación!, sin duda la mejor crema que he probado, tanto por su consistencia y por la gracia de la mezcla de la palta y los toques de menta. Gran creación.
Además, para compartir unas comunes Brochetas de Vacuno con trocitos de pimiento rojo y amarillo que acompañamos con un Merlot Reserva de la viña Montes 2006.
Como fondos, un Salmón grille acompañado de Rougout de Mote bien sabroso y un Medallón de Filete de vacuno con Risotto de Quinoa, carne bien blanda, sabrosa y buenas porciones.
Para finalizar, un rico Mousse de chocolate con salsa de menta y frambuesa, además de tortas varias que abunda en su carta
El servicio es bueno aunque algo lento pero nada exagerado, son sólo los tiempos propios de platos que se preparan a la minuta. La atención es muy buena, amigable y cordial. Su dueño y joven chef, Felipe Fuenzalida, conoce los gustos de los colchaguinos y extranjeros que lo visitan. Cocina y lo hace muy bien.
En resumen, un muy buen lugar donde comer con los amigos y la familia. Buenos precios, buena calidad, ambiente grato y un entorno único.
Ideal para arrancarse un fin de semana y aprovechar de conocer este y otros rincones de Colchagua que iré recomendando de a poco.
AROMAS DE COLCHAGUA
Camino Isla de Yaquil, Santa Cruz
Valle de Colchagua
(72) 821 182
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